Crías cuervos, crías ratas, que engruñen
mientras te sacan los ojos,
mientras te sacan los ojos,
fuerte oigo tu voz
riéndote de sus gracias.
riéndote de sus gracias.
Darte una taza de tu propio chocolate,
anhelo,
me encuentro demasiado blanda,
me encuentro demasiado blanda,
atada.
Tiendo la mano,
estas llorando,
se hunde el barco.
¡Mira que casualidad!
Tus crías son las primeras en zarpar
dejándote a merced del mar.
Como siempre, soy yo la que tiene que remar.
Tus crías son las primeras en zarpar
dejándote a merced del mar.
Como siempre, soy yo la que tiene que remar.
4 comentarios:
Y cuánto dolor hay en una casa vacía...
La soledad se apila en cada esquina desde el techo hasta los zócalos.
Abrazos de calesita!
Es buenor saber remar y afrontar lo que nos toca, a pesar de las ratas. Muy bueno!!!!
Cuando en una balsa solo rema uno, y de un lado la balsa se tuerce... Y no va a rumbo fijo...
Si intentas remar a ambos lados, te desgastas...
Convivir es un trabajo en equipo.
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