miércoles, 18 de febrero de 2009

Mis brazos se han cansado

Crías cuervos, crías ratas, que engruñen
mientras te sacan los ojos,
fuerte oigo tu voz
riéndote de sus gracias.

Darte una taza de tu propio chocolate,
anhelo,
me encuentro demasiado blanda,
atada.

Tiendo la mano,
estas llorando,
se hunde el barco.
¡Mira que casualidad!
Tus crías son las primeras en zarpar
dejándote a merced del mar.
Como siempre, soy yo la que tiene que remar.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Y cuánto dolor hay en una casa vacía...

Anónimo dijo...

La soledad se apila en cada esquina desde el techo hasta los zócalos.
Abrazos de calesita!

LAO dijo...

Es buenor saber remar y afrontar lo que nos toca, a pesar de las ratas. Muy bueno!!!!

Anónimo dijo...

Cuando en una balsa solo rema uno, y de un lado la balsa se tuerce... Y no va a rumbo fijo...

Si intentas remar a ambos lados, te desgastas...

Convivir es un trabajo en equipo.